RESEÑA HISTÓRICA

En 1988 Beatriz Carreño y su esposo Reynaldo Santos sintieron que era el momento de crear su propia empresa.
Fue entonces cuando nació la idea de tener una fábrica de helados caseros.

Después de varios experimentos de mezclas, encontraron el 'toque secreto' de sus helados. Sin embargo decidieron trasladarse a San Alberto (Sur del Cesar), para empezar su nuevo negocio.

"Decidimos irnos para San Alberto porque era más pequeño y podríamos comprobar en un mercado más reducido la receptividad del producto".

Fueron largas jornadas de trabajo, en las que Beatriz se dedicaba a la fabricación de la crema y la elaboración de los helados, mientras su esposo Reynaldo dedicaba todo el día a repartir sus productos montados en una bicicleta.

"Era un proceso muy complicado porque cada seis u ocho horas tocaba sacar los helados del cubetero, porque si se dejaban más tiempo quedaban demasiado cristalizados y el sabor cambiaba. Entonces la producción de los helados, significaba largos trasnochos para poder cumplir con los pedidos de los clientes, que ya comenzaban a solicitar nuestros helados", cuenta Beatriz.

Uno de los recuerdos más especiales que tiene esta empresaria, de los inicios de Fruti Helado El Rey, es el apodo que le adjudicaron a su esposo en San Alberto. "La bicicleta de él causaba mucha gracia a las personas del pueblo, entonces le decían El San Tropel, y así se quedó", dice Beatriz con una sonrisa.

Dos años después de la inauguración de la empresa, la pareja de esposos decidió regresar a Bucaramanga, con el fin de abrir mercado en una ciudad más grande.

A pesar de que el proceso de fabricación no cambio mucho, los esposos se encontraron con un gran recibimiento por parte de los consumidores bumangueses, quienes rápidamente comenzaron a reconocer sus productos.

"Nosotros no tenemos puntos de venta propios, pero sí vendedores y también surtimos refrigeradores en centros comerciales, parques, tiendas y supermercados, y en ese entonces cada día eran más los pedidos y los vendedores que llegaban para distribuir nuestros productos.

"Al principio teníamos un grupo de vendedores que se encargaban de atender los eventos que se llevaban a cabo en el estadio, y otros que vendían en el centro de la ciudad", cuenta Beatriz.


Una prueba

A pesar de que su empresa marchaba tal lo habían imaginado desde el principio, un lamentable hecho marcó la historia de la heladería.
En 1999, Reynaldo fue asesinado.

En medio del dolor que le producía la pérdida repentina de su esposo, Beatriz tuvo que decidir si continuar con la empresa o dar un paso al costado.
Sin embargo, gracias al apoyo de sus hermanos Roberto y Luis Carlos, Beatriz decidió seguir adelante con Fruti Helados El Rey.

Intentando aprovechar el buen momento por el que pasaba la empresa, los tres hermanos, ahora al frente de la heladería, iniciaron la compra de nueva maquinaria que permitiera aumentar la producción y de esta manera ampliar el mercado.

Fue entonces cuando lograron adquirir unas batidoras eléctricas y una planta en la que el congelamiento de los helados no tarda más de 30 minutos.


Nuevos productos

El arduo trabajo de estos tres hermanos y las investigaciones de mercado hechas por Luis Carlos, permitieron que la heladería comenzara a ofrecer nuevos productos entre sus clientes.

Fue entonces cuando en 2003, presentaron en el mercado los conos de crema y chocolate, las paletas de crema y combinadas, las galletas de helados, vasitos y presentaciones de crema en medio litro y litro.

Además lograron abrir un mercado que para ellos siempre había sido atractivo: las instituciones educativas de la ciudad.

Luis Carlos se puso como reto hacer que sus productos fueran vendidos en los principales colegios de la ciudad, y lo logró.

Después de varias visitas, contactos con las instituciones, varias pruebas de sus productos, auditorías y demás trámites, Luis Carlos cuenta hoy con orgullo que por lo menos 15 colegios de toda la ciudad distribuyen los helados de Fruti Helado El Rey.

Actualmente, la empresa distribuye helados de trece sabores diferentes hechos de pura leche con frutas, además de pocicles, paletas rellenas y paletas de mango biche.


Una labor social

El reconocimiento que durante estos 20 años ha recibido la empresa, ha permitido que cada día sean más las personas que se acercan a comprar sus productos para distribuirlos en las calles de Bucaramanga.

"Hay algo muy bonito en este trabajo. Cada día son más las personas de edad, o que tienen algún tipo de discapacidad, que aprovechan este tipo de oportunidad laboral para sentirse productivos y activos. Es muy hermoso ver la entrega con la que realizan su trabajo.

"Ellos llegan muy temprano todas las mañanas a pedir su surtido y trabajan con mucho esmero, es muy gratificante ver cómo estas personas se benefician de nuestro trabajo, y a pesar de lo duro que es salir a caminar todos los días las calles de la ciudad, y a pesar de los problemas que a veces se tienen para vender los productos en algunos sitios, ellos siguen muy comprometidos con la empresa, y seguros de la calidad de los productos, siguen entregando su mayor esfuerzo para abrir nuevos mercados", dice Luis Carlos.


Lo que viene

Actualmente, estos hermanos empresarios trabajan en estrategias para lograr causar mayor recordación de sus productos, pues reconocen que a pesar de que sus helados tienen muy buena acogida entre los clientes, son muy pocos los que recuerdan a Fruti Helado El Rey como marca, por eso desde ya están analizando nuevas estrategias de promoción, con el fin de que el sabor y la imagen de estos helados santandereanos queden grabados no solo en los paladares sino en la mente de cada uno de sus clientes.